viernes, 30 de agosto de 2013

Aquel que sea sorprendido




Hace algunos ayeres, en alguna de mis visitas a las playas de Puerto Escondido, me topé con un curioso anuncio en la barda de una casa:

Aquel que sea sorprendido orinando en este lugar, será consignado a las autoridades

Después de leerlo, me quedé pensando en la semántica del enunciado, y en una nota menos pseudofilosófica y si más escatológica, en lo harto que debería estar el dueño de encontrar deshechos -fisiológicos- humanos en su propiedad. Pero creo que el don (regresando a la semántica) cometió un error garrafal. Si, el propietario de la vivienda debió haber estado hasta el copete de ver su pared blanca con adornos de agüita amarilla, y todavía más hasta la madre, de limpiarlos. Pero dentro de su enojo, no prohibió a las personas que hicieran pipí en su pared, incluso, hasta podría estar realizando una invitación a hacerlo…

Aquel que sea sorprendido orinando en este lugar, será consignado a las autoridades
Aquel que sea sorprendido orinando en este lugar
Aquel que sea sorprendido

No me está prohibiendo orinar en su pared. Me está diciendo que SI ME VE orinando su pared, me va a llevar al ministerio público (o tal vez me ponga unos fregadazos, eso lo veo más viable y práctico). En todo caso, no voy a evitar mojar su pared, sino que voy a evitar que me vea haciéndolo. “¡Pero iCthulhutl! Esa es sólo una forma figurativa de dar la advertencia. ¡No seas mamón y no te claves!”. Y efectivamente, es una forma de decir “no hagas esto”, pero creo que nos deja entre ver cómo somos los mexicanos.

A los dichos se les conoce como la famosísima “sabiduría popular”, y mi abuelita tenía un dicho (bueno, en realidad no, pero siempre es agradable pensar en las abuelitas diciendo un dicho) que reza más o menos así:

“¿Pena? Pena es robar y que te cachen

No es de pena ser un malandro, vividor, gandalla que despoja a las personas de los bienes que con tanto esfuerzo (o no), consiguieron. Lo de pena es que se den cuenta que lo haces.

¿A que quiero llegar con todo esto? La verdad no sé. No voy a caer en el lugares comunes de decir "cada pueblo tiene el... bla bla bla", o "enaltecerme" para señalar con el dedo “a una sociedad permisiva que bla bla bla...”. Lo que probablemente quiera hacer, es señalar cómo somos, medio taimados y muy listillos, lo cual incluso puede que esté bien, a final de cuentas, ese es el mexican way (basta del “ser como”). Pero entonces, en un ejercicio de honestidad, debemos empezar a reconocer lo que realmente deseamos, y sobre todo, lo que podemos dar. Por ahí dicen que eso de la democracia en México nunca ha funcionado, y dadas las evidencias, hay posibilidad de que sea verdad… Pero entonces ¿Qué si nos puede funcionar? La verdad, no sé.

jueves, 29 de agosto de 2013

EL RINCÓN DEL REPTIL AÑO 1 VOL. 4 - La Princesa no nace, se hace.




EL CUENTO DE LA PRINCESA, EL CRUSTÁCEO Y EL REPTIL (PARTE2)

Una vez más el reptil les da la bienvenida a sus dominios.  Este que se ha vuelto el rincón más cínico de Da Nathing Box y probablemente el más cínico de la cuadra, debe continuar con la miniserie de “La Princesa, El Crustáceo y El Reptil” que dio inicio con el cuento de Jack Sparrow contra el Crustáceo. 
El día de hoy el turno corresponde a la princesa y el tema de debate central que es: “La Princesa no nace, se hace”.
Y lo entiendo, para muchas niñas de nuestra generación, la infancia estuvo llena de cuentos de Disney. Cenicienta, la Bella Durmiente  y Ariel eran algunos de sus ídolos juveniles. 
El ver en las mujeres que se convierten con esas historias me ha dado el firme propósito de no autorizar películas de esa índole en casa si tuviera una hija.  Tal vez una que otra de Pixar que se salve… pero si algún personaje empieza con la palabra princesa #yavaliomadres.

Y es que se debe comprender el verdadero lavado de cerebro que constituyen historias como las de Cenicienta o la Sirenita (versión Disney, la original es mucho más realista). 
¿Cuál es la fantasía? 
1.      Todas las mujeres son Princesas (debemos tener reyes muy prolíficos)
2.      Un día cualquiera verán a un mirrey *príncipe azul* llegar en su auto convertible y al primer beso… matrimonio y vida feliz para siempre
3.      Claro, ellas no tienen que hacer nada, el “amor” las encontrará mientras comen palomitas viendo Sex and the City 
Y es que en las películas así sucede… pero hay algo que todas obvian siempre… ¿Cuál es el precio a pagar por ello? 
La sirenita perdió la voz y ganó sus piernas, la bella durmiente estaba maldita y quedó comatosa durante varios años, ni qué decir de Blanca Nieves y su manzana envenenada. 



Esa es la parte de la historia que muchos pretenden no tomar en cuenta.  Los príncipes no llegaron de gratis, para encontrar al príncipe tuvieron que hacer sacrificios.  Así como a los príncipes les cuesta trabajo llegar a serlo. 
Pero de repente nos topamos con la gente curiosa que cree que su mal carácter es “ser como son”, que las tienen que “aguantar y amar y comprender así como nacieron”, que porque la gente obesa estuvo bien en la época de las cavernas ser obeso es la verdadera belleza femenina, cuando en esos tiempos era una razón mucho más práctica que estética (si, la gente podía pasar varios días sin comer y una gorda era probable que sobreviviera más tiempo)… en realidad son excusas burdas para poder sentarse en la hamaca retacándose de papas fritas mientras ven comedias románticas que reafirman la creencia de que el príncipe es un pepino que llega gratis.
Creencias de muchas "Princesas"
 

Así que el día de hoy el Reptil invita a sus lectoras a la reflexión (aunque posiblemente despierte su ira insaciable) de que no se puede recibir algo sin dar nada a cambio. 
Eso que llamamos amor tiene que pasar por un primer filtro llamado deseo, y el deseo es caprichoso.  El deseo quiere cosas deliciosas.  Cuando esas cosas no se presentan el deseo no justifica a nuestro cerebro que haya que esforzarse incluso un mínimo para matar a Bowser y rescatar a la princesa. 
¡Los esperamos en el próximo Rincón del Reptil, el espacio más cínico de Da Nathing Box!  En nuestro próximo número tendremos la parte 3 de esta miniserie… “Anatomía de un Reptil”.

martes, 27 de agosto de 2013

Colaboración Especial - Oda al Sueño



Recientes eventos que se han desatado en la memoria de un servidor le han dado una mayor importancia al tema de la subjetividad del sueño en nuestras vidas.  Coincidentemente uno de mis colegas, el filósofo Diego Díaz-Uriarte, me mostró una pequeña pieza que a continuación comparto y recomiendo, quitando un poco la piel de reptil y dedicando un poco más el campo a la introspección.  De todos modos mañana podrán leer "El Rincón del Reptil" para satisfacer los deseos más terrenales de la existencia.  Dejo el piso para que este gran filósofo se explaye y permita su reflección mediante la lectura. 

La vida es una caja impredecible de incertidumbres (o de chocolates, diría Forrest Gump), lo que ha llevado a todo ser humano a plantearse por lo menos una vez en su vida preguntas trascendentales en torno al sentido y propósito de su existencia.  

Sin hablar de los dogmas de fe y los autoritarismos "espirituales" de las instituciones religiosas, en lenguaje raso e inmediato, la respuesta a estas cuestiones es siempre simple: el propósito de la vida – dicen – es "cumplir tus sueños". Conformarse con tal contestación sería un autocomplaciente engaño si no llevara necesariamente a preguntar: ¿y qué demonios son los sueños? Y bueno… esa no es una pregunta sencilla.

Es como disertar sobre la existencia de "Dios", o sobre el proceso de constitución de los cromosomas y la determinación ADN durante la gestación de cualquier ser vivo, o por las leyes generales que gobiernan la existencia y comportamiento de la materia en el universo; porque después de todo, cada soñador es un microcosmos.

Edgar Allan Poe comprendía bien la complejidad de esta conjetura cuando se preguntaba: ¿No será que lo que vemos o creemos ver es sólo un sueño dentro de otro sueño? Porque los sueños no son ideales ni fines en sí mismos. Los sueños son portales, ventanas a la inconsciencia, pasajes de la introspección, verdades relativas escondidas tras lo intricado del juicio y la memoria, pistas y veredas por donde dirigir los pensamientos. Y horas de descanso, pero también de intenso trabajo.

Quienes han tenido a bien profundizar respecto a su naturaleza psíquica y mental, han llegado al consenso de que los sueños son la dimensión en que asimilamos los recuerdos y, por ende, una fase de construcción del criterio, del tercer ojo, del séptimo chacra. Sí, del "sexto sentido". Por ello es que los sueños nos confunden y descontrolan. Cuando lo acontecido parece más acercado a la ciencia ficción que a la realidad, resultan desconcertantes y poco comprensibles al soñador; de ahí que la preocupación central de quienes más han profundizado en el asunto, sea la de comprender su significado: no sólo del sueño en sí (la situación, las personas involucradas si las hubiere, el clima y los colores, el dejo sentimental y la forma con que se escapa o se es expulsado del sueño, el grado de lucidez que el soñador alcanza dentro del mismo, etc.), sino de las situaciones inexplicables, irracionales, repugnantes, o que trascienden la dimensión de lo posible, como si Dalí o Kubrick o el Marqués de Sade se apoderaran de nuestro cerebro por las noches, llevándonos a presenciar nuestra propia muerte o incluso ser capaces de comunicarnos con personas que ya la han vivido(sic).

La carente lógica en este tipo de sueños da lugar a toda clase de interpretaciones reduccionistas, lineales y hasta simbólicas. Podrá atestiguarlo quien haya visto en algún aparador de librería libros con títulos como "El significado de los sueños", o a un vagonero en el Metro, vociferando: "buenos días, señores usuarios, traigo a la venta el manual, útil manual, manual para descifrar los sueños, manual para entender que significa soñar, soñar con que llueve, soñar con su mamá, con su novia, con su suegra, soñar con que tiene sexo, soñar con la noche, soñar con el cielo...".

Las "explicaciones" que ofrecen estas "interpretaciones" son irreductibles, basadas en subjetivismos vulgares o en detalles abstractos, y cuyo mercado florece en sociedades donde impera la ignorancia, aun cuando las respuestas que ofrecen pueden llegar a satisfacer al menos la curiosidad, echar a volar un poco nuestra imaginación y llevarnos a encontrar un porqué falaz a estos "sueños de opio". Sin embargo, tales “explicaciones” e “interpretaciones” serían insuficientes si el sueño en cuestión nos muestra una situación factible, con posibilidades altas de ocurrir fuera de los sueños (en "la realidad"), o incluso algo que ya hemos vivido o vivimos con cotidianidad.

En su Interpretación de los sueños, Sigmund Freud nos ofrece un arsenal de pistas para descifrarlos. Considera que todos los sueños, incluso las pesadillas, representan la realización disfrazada o evidente de un deseo reprimido. En el caso de las pesadillas, el deseo se expresa como su propia negación, como incumplimiento del mismo, o incluso como satisfacción de una tendencia masoquista e inconsciente. Para el caso de los sueños de opio, su aparente incomprensibilidad denotaría no tanto un caos irracional en la mente, obra de un surrealista que habita en el inconsciente y que se divierte desquiciándonos, sino más bien manifiestan un mecanismo de autocensura que priva al soñador de percibir cabalmente y con claridad estos deseos, represiones y tendencias, y que en última instancia le priva de vivirlas o de dejar de vivirlas, para bien o para mal…

De tal suerte que, en un sentido literal, al "perseguir sus sueños", estimado lector, "duerme soñando, con sus ojos tan plenos despiertos...", no persiguiendo un ideal de vida o de perfección, sino los designios de su inconsciente y, en mayor o menor grado, del entorno exterior con el que a diario se pone en contacto. Como sentenciaría Marx en La ideología alemana: "No es la consciencia determinando al ser, sino al contrario: el ser social determinando su propia consciencia"; así, las vivencias y experiencias, el camino de los errores y el miedo a incurrir en ellos, o la propensión a tropezar con la misma piedra, por placer o por patología, como los momentos de placer, disfrute y felicidad, por efímera que esta sea; son las claves tan buscadas que lleven al hilo negro del rumbo de los sueños y, eventualmente, nuestras intenciones, personalidades, deseos, esa existencia del orden detrás del caos que persigue la vida espiritual: la constante en el cambio, lo esencial. Así, con Segismundo, Calderón de la Barca parecía no ser del todo exagerado:

Es verdad, pues: reprimamos esta fiera condición,
esta furia, esta ambición,
por si alguna vez soñamos.
Y sí haremos, pues estamos en mundo tan singular,
que el vivir sólo es soñar;
y la experiencia me enseña,
que el hombre que vive,
 sueña lo que es, hasta despertar.

Sueña el rey que es rey,
y vive con este engaño mandando,
disponiendo y gobernando;
y este aplauso, que recibe prestado,
en el viento escribe
y en cenizas le convierte la muerte (¡desdicha fuerte!):
¡que hay quien intente reinar viendo
que ha de despertar en el sueño de la muerte!

Sueña el rico en su riqueza,
que más cuidados le ofrece;
sueña el pobre que padece
su miseria y su pobreza;
sueña el que a medrar empieza,
sueña el que afana y pretende,
sueña el que agravia y ofende,
y en el mundo, en conclusión,
todos sueñan lo que son,
aunque ninguno lo entiende.

Yo sueño que estoy aquí, de estas prisiones cargado;
y soñé que en otro estado más lisonjero me vi...
¿Qué es la vida? Un frenesí.
¿Qué es la vida? Una ilusión,
una sombra, una ficción,
y el mayor bien es pequeño;
que toda la vida es sueño,
y los sueños, sueños son...



Diego Diaz-Uriarte

lunes, 26 de agosto de 2013

Y si te quedas que..

Por medio de las grandes tesis y teorías de sobre el amor y la amistad, se ha hablado en gran cantidad de ocasiones sobre el apego y despego hacia otras personas. Es muy cierto que, al fortalecerse el vínculo, se fortalece por ende la relación a nivel psíquico; es decir, una parte de nosotros se funde en relación con lo vinculado.

Lo anterior, lleva consigo la construcción de una serie de significados en común. De esta forma, entramos al terreno desarrollo de una relación humana; en otras palabras, las relaciones no se sustentan bajo la raíz de una serie de fantasmas inconscientes, son sustentadas por medio de la construcción de significados y, justamente ,en la amenazante pérdida de éstos se encuentra el temible y voraz costo psicológico de las relaciones humanas.

El círculo de amigos comparte una serie de experiencias en común, significados construidos que giran en torno a un centro fundante (la escuela, el trabajo, la familia).  Las relaciones de pareja, se construyen con el compartir de experiencias empíricas del día a día (el espacio íntimo que comparten).  En resumen, las relaciones humanas podrán ser coincidentes, sin embargo, lo que prevalece de ellas, su carácter temporal, son los constructos asociados y, al mismo tiempo, la caída de los mismos, presuponen la caía de una parte de nosotros, al generarse una separación se crea una ruptura con nuestros significados y es tarea del duelo reparar la pérdida de los mismos.

Tanto la construcción de una relación, como la separación son etapas en del desarrollo de las relaciones humanas que deben ser vividas, puesto que ganar y perder es una realidad que se enfrenta el ser humano día a día.  Aquí subyace la tesis del presente ensayo, una relación (sana o no) es construida con base en los significados que se proveen a lo largo del tiempo y la fortaleza del vínculo se ve nutrida en torno a lo anterior. De esta manera, estimado lector(a), el establecimiento de sus relaciones humanas se fundamenta en los significados que tenga; aversivos o no, éstos alimentan una parte esencial del ser humano, la necesidad de estima. 

Así que aquí postro la pregunta para ustedes, ¿qué pasa si nos subyugamos ante esta necesidad y dejamos que los significados emerjan como dominantes?, ¿son acaso los significados los que nos guían las pasiones y no el temperamento? Hay que decirlo.. y si te quedas, ¿qué?




Doctor Leon

jueves, 22 de agosto de 2013

El Rincón del Reptil - Año 1 Vol 3 "La Leyenda del Crustáceo"




EL CUENTO DE LA PRINCESA, EL CRUSTÁCEO Y EL REPTIL (PARTE 1)

Bienvenidos nuevamente al Rincón del Reptil, el espacio más cínico de “Da Nathing Box”, un blog de todo, un blog de nada.  En esta primera miniserie del Rincón del Reptil, traeremos una investigación biológica  de tres especies del ecosistema urbano: La princesa, el crustáceo y el reptil.  El primer volumen titula “La Leyenda del Crustáceo” o “Jack Sparrow vs el Kraken”.
Todos la hemos conocido.  Vamos un día por la calle, caminando tranquilamente cuando vemos un par de piernas de ensueño, una cintura de ángel, una figura digna de una diosa…  y una cara de camarón.  Literalmente un camarón con sus respectivos bigotes y ojos saltones.


Así es, si esto les ha sucedido se han topado con una especie urbana común,  El Proin Crustatum, conocido coloquialmente como “Crustáceo Urbano”.  En EU son conocidos como "Butterface" (que quiere decir everything but-her-face).  Estos seres especiales tienden a poner a hombres y mujeres en serios dilemas, porque tienen un cuerpo que te hace morderte los nudillos pero el simple hecho de acercarte a darles un beso parece un requisito demasiado cruel para aventarse el trámite.  Y ni se diga el hecho de romancear.  Como el difunto Enrique VIII diría de sus esposas: "Si le quitas la cabeza, todo lo demás sirve."


Imaginas cientos de posiciones, de formas variadas en todas las cuales no tengas que verle la cara y sin embargo… te das cuenta que tarde o temprano tendrás que probar sus labios afelpados y tal vez uno que otro bigotito. 
Y es que el Crustáceo Urbano nos pone a todos en un serio dilema moral, una pelea constante entre lo reptil y lo platónico que no nos deja descansar en paz, porque comerte un crustáceo trae 3 simples verdades consigo:
1.       Sabes que no andarás con ella/él.
2.       Le traes ganas durísimo.
3.       Si ya la tuviste una vez seguro no repites.

Pero eso no hace la resistencia humana más placentera.  Como todos sabemos es casi imposible para un hombre negarse al sexo (a menos que sea sexo con una cosa horrida, entonces es muy sencillo).  Es muy difícil, e incluso necesita un poco de rehabilitación.  Si una mujer nos persigue, no podemos correr suficientemente rápido.
Es por eso que muchos fines de semana verán a varios de nosotros con un sombrero puntiagudo, rastas y una espada, canalizando el espíritu del inmortal Jack Sparrow diciendo: RELEASE THE KRAKEN!
Hablando de eso, ya casi es sábado así que los dejo.  Sintonicen “El Rincón del Reptil” la próxima semana en su rincón favorito… DA NATHING BOX!

miércoles, 21 de agosto de 2013

Cuando la gente se va... by Tlaca


Definitivamente no es fácil decir adiós...

La suma de sentimientos y emociones envueltas en recuerdos proyectados todos en un sólo momento provocan reacciones de todo tipo... Sentimientos encontrados...

Un abrazo que marca el fin y al mismo tiempo el comienzo de un nuevo ciclo, las cosas pasan por algo, nos abrazamos a esa idea tratando de encontrar un sentido mayor a  esa despedida, que tiene un significado y una gran importancia (Dios, por favor!!!)... Que nos espera algo grande... No soportamos la idea de que nuestra despedida sea totalmente irrelevante para el universo que conforma nuestra existencia y para todos los que tocamos con el pensamiento... En ese pequeño acto de creación divina en la que todos somos partícipes con sólo abrir los ojos... Cada mañana...

"El que se va, se va suspirando y el que se queda... Se queda llorando"

La sensación de incertidumbre y vacío es inevitable y es que así es! Enfrentar lo desconocido, este cambio que traerá nuevas psibilidades en nuestra dinámica del día a día

El hecho de ya no ver a los que sí veías y ya no hablar con los que si hablabas... ¿y que es peor?... ¿El ya no poder por una evidente incapacidad de hacerlo por parte del que se despidió?...¿ O el ya no querer hacerlo? Una evidente decisión y actitud de rechazo por alguna de las dos partes... ¿Que te duele más? ¿Cuál escenario es más difícil? Ninguno es fácil... Me dueles...

Y que pasa cuando el que se despide sigue apareciendo de una u otra manera? Recuerdos... Fotos... Sueños...  Olores... Sonidos... Se sigue manifestando... Por que los que se van dejan cosas, piezas de rompecabezas que los que se quedan tiene que armar y tienen que decidir... echarlas a una caja (de los recuerdos, del olvido, de la basura... etc.) o ponerlas en un altar, en lo más alto, ahí donde nadie los toque y cada que vamos a revivirlos nos conmueven el alma... A según haya sido la despedida

"Nunca te vayas sin decir te quiero"

Sin duda todos los que se van dejan algo y sin duda todos los que se van también se llevan algo y más que material... Se llevan un cachito de nosotros, una parte irremplazable y así vamos por la vida... Repartiéndonos, dividiéndonos con cada abrazo, beso y despedida... En cada adiós... Se va un poquito de mente y corazón.

Uno vive en el recuerdo de alguien más, así como muchas personas que ya no están, siguen viviendo aquí... ¿Pues ya que?... Cuesta mucho trabajo romper el vínculo... Ese hilo invisible que une nuestros corazones... No importa la distancia... Ni las dimensiones... Mundos... Ideas... Decisiones... Vidas que nos separan... El hilo no se rompe

Tal vez... Sólo tal vez... Ahí esta la inmortalidad... Hay que entregarnos a la gente, que se lleven un poco de ti, ¡¡¡¡al diablo!!! Que lo hagan!!! que te reinventen y que te revivan en cada plática, cada risa, cada lágrima, cada grito que provoque un eco en el tiempo... Aunque tu ya no estés ahí para escucharlo... Para Sentirlo...

Que cuenten verdades y que cuenten mentiras... Pero que cuenten!!! La verdad nunca se cuenta como realmente paso... Las historias se cuentan como uno las recuerda, con detalles, sin detalles, con nostalgia, con enojo, con alegría, con celos, con amor... Con odio... 

Pero... Seamos inmortales... sin miedo... Seamos eternos en los corazones del universo... Que hablen de nuestra ausencia... mucho más que de nuestra presencia...



Tlacaelel Xochihua 


lunes, 19 de agosto de 2013

La Leyenda del Maratón

De acuerdo a la mitología griega, cuando Filípides notificó sobre la victoria ante los Persas en la batalla de Maratón, no sólo recorrió 42 kilómetros, sino con el último aliento pronunció la palabra viké, es decir, victoria.

Y es que en realidad, la palabra prueba es no podría quedar más adecuada ante lo que esta singular competición. Correr 42.195 km representa enfrentarte al máximo de tus capacidades como ser humano y no existe entrenamiento tan preciso como la experiencia de recorrer cada metro de un maratón. Son las pruebas extremas, aquellas que extienden el potencial del ser humano y, el cual, no vuelve a ser el mismo después de ellas.


El discurso interno es aquel te constantemente reta al ser humano para el desarrollo de cualquier actividad. Una carrera de tal magnitud, no es otra cosa que la constante confrontación con uno mismo. Es por esto, que es tan temida o respetada la prueba.  Los factores psicológicos imperan sobre cualquier forma de entrenamiento; así pues, la estructura de nuestro discurso es aquella pared que se nos sitúa frente a nosotros y no es el kilómetro 30, esa pared esta desde antes del kilómetro 1.


Durante esta competencia, el ser humano experimenta el dolor físico y, más aún, lo emocional que se deriva del primero. Puesto que nuestras capacidades están expuestas, nuestra psique está desnuda; es decir, aquellos mecanismos de defensa que operan en lo cotidiano se vuelven endebles y nos quedamos solos con nosotros mismos. He ahí la experiencia de un maratón.  De alguna forma, al terminarlo todos nos volvemos la leyenda de Filípides, porque portas el mensaje de victoria, la gran victoria sobre uno mismo; la cual es, la mayor de las victorias.  Cuando los atletas cruzan la línea de meta, su brazo alzado y su expresión de júbilo no es más que el haber conseguido ensanchar los límites de la experiencia

La respuesta a las grandes preguntas en el correr, es la misma a las grandes interrogantes en la vida: haz lo mejor con lo que tengas y vuélvete leyenda. 

Doctor León

Filípides llegando a Atenas (Luc-Oliver Merson, 1869)








viernes, 16 de agosto de 2013

Una vez un gran hombre dijo…



 El patio de la antigua residencia (1914)

Cuando queremos ponernos muy fufurufos, y deseamos darnos caché al momento de presentar alguna idea, hay veces en las que no confiamos en nuestras palabras, motivos o ideas, por lo que presentamos las de alguien más. Nosotros, simples mortales, sólo podemos soñar a acceder a la iluminación alcanzada por las grandes figuras de la historia, por lo que debemos tomar prestadas las palabras de alguien mejor que nosotros para transmitir un sentimiento, hacer partícipe a las personas de nuestros proyectos, o ponerlos en perspectiva respecto a ciertos temas. Lennon, Einstein o Gandhi son nombres que salen a colación cuando deseamos inspirar un cambio en el mundo… El detalle es que…


Y que no se me malinterprete. No, no, no. No estoy buscando desprestigiar a estos individuos, así como tampoco busco menospreciar su obra. Mucho menos estoy diciendo que sus contribuciones al mundo no sean valiosas o no hayan hecho de este punto azul un lugar mejor. Lo que estoy diciendo, es que estas personas eran HUMANAS. Con sus fallas, sus vicios, y sus visiones particulares del mundo.

Por ahí reza un dicho que va más o menos así:

“Nadie es monedita de oro para gustarle a todo el mundo”

Y efectivamente, nadie somos monedita de oro. Pero eso no impide que podamos hacer cosas en beneficio de nuestros congéneres humanos, o poner un granito de arena para mejorar al mundo. Los individuos mencionados anteriormente, dentro de su humanidad, con sus fallas, temores, y deseos, realizaron acciones en pos de generar un bien. Podrán haber tenido alguna motivación egoísta para hacerlo, me queda claro, pero eso creo que no le resta mérito a las acciones (y pone la mesa para otro debate). Si estos humanos (en toda la extensión de la palabra), hicieron algo para mejorar al mundo ¿Por qué nosotros no?

P.D.

La pintura al inicio de la entrada es de Hitler. Las personas geniales tienen vicios, así como las despreciables tienen virtudes.